Estimadas Señoras y Señores,

En estos últimos años, varios centenares de Hermanos de la Gran Logia de España – Grande Oriente Español han escuchado que el grano de trigo es fecundidad y abundancia.

Que el vino es alegría y dicha, el aceite paz y armonía, y la sal, fidelidad, hospitalidad y amistad perpetua.

El grano se esparce para que la buena semilla de su palabra arraigue en los corazones de los hombres y fructificar cien veces. Así deseo que sea en las más de 20 Logias consagradas o reactivadas en estos casi cuatro años en que he desempeñado mi Oficio de Gran Maestro.

El vino se vierte para que, gracias a la revelación de la Verdad, el gozo y el júbilo llenen los corazones de todos sus miembros y pueda la Virtud alegrarnos como el vino. Así deseo que sea para el más del 10% de nuevos miembros de la Gran Logia de España que hemos visto crecer: que lo hagan en alegría y felicidad. Maestros míos, enseñar con el mallete no es enseñar sin alegría ni gozo. Como diría mi abuela vasca, no me seáis tristes. Ni sinsorgos.

El aceite se vierte para que la paz permanezca entre sus miembros por los tiempos de los tiempos, como forma de unción sagrada. Así ha sido en mi entender del Oficio ostentado, cumpliendo con los reconocimientos debidos que hemos otorgado a nuestros Hermanos del pasado, ellos y sus familias y amistades, injustamente perseguidos por la dictadura. ¿Su culpa? Haber sido personas libres y de buenas costumbres

La sal se derrama para afirmar que el poder del Gran Arquitecto del Universo sostendrá nuestro Templo para siempre, para que las virtudes puedan caracterizar a todos los miembros de la Gran Logia hasta que el tiempo deje de existir. Es el momento de mi agradecimiento, pues de todos esos miembros formé un equipo grande, de Grandes Oficiales, de Grandes Maestros Provinciales, del que he tenido una fidelidad, una capacidad de trabajo y un compromiso emocionantes. Sabed que de ningún nombramiento me arrepiento y que de todos he aprendido.

Nada más emocionante para un Gran Maestro que va a dejar el Oficio que consagrar nuevas Logias como está sucediendo. Los viajes masónicos son nuestro aprendizaje, y en realidad no acaban nunca, tal y como siempre seremos aprendices. Mi recomendación para el nuevo equipo que gobierne la Gran Logia de España – Grande Oriente Español es que viaje, y que lleve, deposite, derrame, rocíe, vierta… tanto grano, vino, aceite y sal como atesore su corazón.

 

MRH Txema Oleaga Zalvidea, GM de la GLE