Estimadas señoras y señores:

Nos acercamos al fin de año. Suele ser habitual efectuar una mirada retrospectiva a lo sucedido hasta hoy, y formular los nuevos propósitos para el año nuevo. En esta ocasión, para mí, como Gran Maestro de la Gran Logia de España – Grande Oriente Español, es muy fácil señalar el balance. Y si me permiten, va a extenderse un poco más, hasta el comienzo del ejercicio de mi oficio tras las elecciones del 12 de marzo de 2022. Eran varios los propósitos y creo que, razonablemente, se han cumplido los objetivos. Tanto en el ámbito exterior, donde la Gran Logia de España – Grande Oriente Español es hoy una institución más conocida y respetada, como en el interior.

Dado que ya en muchas ocasiones me he referido a la normalización de relaciones institucionales, realización de cursos, exposiciones y otras consideraciones semejantes, voy a centrarme hoy en lo más íntimo, en esta Gran Logia que me ha permitido uno de los honores más altos de mi vida, como es el de ser su Gran Maestro.

El compromiso fundamental era reformar nuestras normas internas, buscando la máxima transparencia y participación. Lo hemos conseguido, gracias a un esfuerzo colectivo y a un compromiso firme de quienes formamos parte de esta noble institución. La mejor muestra es el actual proceso para elegir al nuevo Gran Maestro. El próximo día 17 de enero la Gran Logia de España – Grande Oriente Español procederá a una votación siguiendo nuestras tradiciones. Es decir, el voto en urna. Pero hay dos grandes novedades. En primer lugar, hemos incrementado sustancialmente el censo de votantes. Podrán hacerlo todos los maestros masones con tres años de antigüedad ininterrumpida en la Orden. La segunda novedad es la ampliación del número de puntos de votación. El objetivo es que nadie pueda quedarse sin ejercer su derecho a voto a su Gran Maestro.

Pero, además, hemos puesto en marcha un proceso de voto anticipado de carácter telemático, a través de un sistema de plena garantía y al que puede acceder cualquiera que lo desee. Si a todo esto le añadimos el voto delegado y todas las facilidades de comunicación, que por primera vez estamos poniendo a disposición de los candidatos, creo que puedo afirmar rotundamente que estamos ante el proceso más limpio, más transparente y participativo de cuantos se han realizado en los más de 40 años de vida de nuestra Gran Logia desde que, felizmente, la democracia reconoció el derecho de la masonería a ejercer sus actividades legalmente en nuestro país.

Las diversas candidaturas están siendo tratadas con una exquisita imparcialidad por los órganos de control del proceso de votación. Podéis comprobar, como yo, que en los envíos de campaña hay candidaturas de mensajes de tonos muy distintos, varias que lanzan propuestas de futuro y otras más modestas, o simplemente negativas desde el principio. Pero es de resaltar cómo todas han usado ampliamente los diferentes canales para publicitar todos los distintos modos de votación, y que llaman a la participación, sin duda confiando en su victoria buena y justa. Me congratulo de ello.

Las elecciones a nuestros Oficios son procesos humanos que revelan el carácter de sus participantes. En Masonería, afortunadamente, abundan las personas optimistas, amables y con ganas de aportar. No son todas, tampoco en nuestra Obediencia. Sucede que la Masonería es perfecta, pero los masones, como el resto de los seres humanos, somos imperfectos.

Me resta únicamente señalar los propósitos para el nuevo año. Permítanme que me dirija a quien resulte ser el nuevo Gran Maestro. Le deseo mucha suerte, buen hacer, especialmente ahora que hay que enfrentarse a los nuevos retos tecnológicos y a los enormes cambios de la sociedad. Que practique el amor fraternal, disculpando siempre las debilidades de sus hermanos y que nos represente a todos con templanza, serenidad y huyendo de la descalificación y el insulto.

En resumen, lo que podemos desear a cualquiera de nuestros seres queridos. Y ya que estamos en tiempo solsticial concluyo con estas palabras que responden a una antigua felicitación: “Feliz solsticio de invierno. En este día, el sol desciende sobre el horizonte como para depositar allí su luz en medio de las tinieblas nacientes. El sol se desvanece ante nuestros ojos dejando que la noche se apodere del mundo. Seamos humildes y comencemos nuestra búsqueda en medio de la oscuridad, con la certeza de que la Luz, que habita dentro de nosotros, renacerá”.

Un cordial saludo

MRH Txema Oleaga – GM de la GLE